¿Motivación?
Podemos
repetirnos frases al estilo japonés: “soy el mejor”, “puedo con todo”,
“voy a conseguirlo”, etc. También podemos dejarnos de tonterías y hacer
lo que haya que hacer. ¿Que toca dejarse los codos (y la espalda, y los
ojos y las neuronas) una vez más? Pues a ello. Nadie dijo que estudiar
fuera sencillo, ni divertido todo el tiempo, ni siempre estimulante.
Pero es lo que hay y, si lo sopesamos en una balanza, si vemos lo bueno y
lo malo, no hay duda alguna. Nos queda solo un mes y pico: está hecho.
Organización
¿Qué trabajos faltan
por entregar?, ¿Plástica?, ¿qué asignaturas llevamos peor?, ¿cuántos temas non
entran en cada materia?, ¿tengo todos los apuntes que necesito o
necesito pedir algo? Es el momento de poner las cosas en orden antes del
final. Todo lo que podamos tener controlado ahora nos reducirá el
estrés más adelante.
Alimentación y ejercicio
Durante los exámenes debemos, más que
nunca, comer bien y hacer algo de ejercicio. No solo por no engordar en
esa época, sino porque es importante que estemos bien equilibrados, sin
carencia de ningún nutriente y que podamos planificarnos para poder
dormir lo necesario y hacer algo de deporte aunque solo sea correr entre
tema y tema. Si mantenemos una cierta disciplina, nos vamos a
concentrar mucho mejor y a sentirnos con más energía para lo que nos
espera.
Nervios dominados
Ya hemos pasado por esto, un examen no
es el fin del mundo y esas cosas que todos sabemos, pero aun así, es
casi imposible no ponerse nervioso. No pasa nada. No es malo. Un cierto
nivel de estrés nos mantiene alerta y activa nuestra concentración y
aumenta nuestra capacidad de esfuerzo. “Un cierto nivel de estrés” no
significa no dormir por las noches, quedarse paralizado o en blanco,
morderse las uñas, llantos incontrolables y ese tipo de cosas. Si nos
pasa eso, significa que hemos sobrepasado el nivel saludable de estrés y
hemos entrado en pánico. Vamos a tener que relajarnos como sea. Hay que
encontrar algo, cualquier cosa, que consiga tranquilizarnos: puede ser
respirar hondo y dejar volar un rato la imaginación, puede ser darle
vueltas a un anillo, una postura de yoga, hacer el pino, cantar una
canción o recitar alguna frase. Da igual lo que usemos, el caso es que
debemos hacerlo cada vez que nos pongamos nerviosos. Siempre igual y las
veces que sea necesario hasta que consigamos tranquilizarnos y pensar
con claridad.
Organización del estudio
Más vale que sea un
buen sitio. Nuestro cuarto de estudio debe estar bien organizado y debe
tener todas las cosas que vayamos a necesitar: ordenador, folios,
bolígrafos, Post-it, Tipp-ex, subrayadores, etc. Y por supuesto, no debe haber televisión, consolas…
Debemos sentirnos cómodos en nuestro
cuarto de estudio, hay que colgar esquemas y mapas mentales en las
paredes para que los veamos cuando levantemos la vista, hay que
conseguir que sea un lugar en el que solo con entrar consigamos
conectarnos con lo que tenemos que hacer allí dentro.
Técnicas de estudio
Seamos prácticos: por
mucho que nos digan que se trata de leer y repetir, lo cierto es que los
autoexámenes, los esquemas, subrayar bien y los mapas mentales
resultan mucho más efectivos y menos aburridos. Nos vamos a pasar un
montón de tiempo leyendo y releyendo apuntes, lo mejor es que usemos
técnicas que nos hagan el estudio más ameno y con las que aprendamos
mejor.
Horario
Es necesario saber cuánto tiempo podemos
dedicar a cada asignatura. Controlar que no nos sobrepasemos al
principio y luego dejar de rendir por agotamiento. Hay que descansar,
comer, hacer deporte, desconectar de vez en cuando, y dormir ocho horas
diarias. Para que todo eso nos salga bien, ponernos un horario (bien
clarito y colgado en la pared) será imprescindible. Da igual cómo nos
organicemos, el caso es que lo hagamos.
Si nos vamos mentalizando ya, si
empezamos con el tiempo suficiente y nos preparamos bien para hacer el
último esfuerzo, seguro que pasaremos este tiempo que nos queda de una
forma más llevadera y que nos enfrentaremos a los exámenes más
tranquilos y preparados.
¡Ya queda menos para las vacaciones! ¡Ánimo con el último apretón!